Recientemente el mundo hispanohablante ha sido inundado por una ola de feminismo lingüístico en forma de adjetivos forzados y absurdos: Miembros y miembras; artistas y artistos; salientes y salientas; parientes y parientas; pendientes y pendientas, brillantes y brillantas, pacientes y pacientas, amantes y amantas, valientas, ardientas… Suponemos que quienes iniciaron esta moda piensan que con estas palabras a brazo retorcido pueden conseguir lo que quieran de las mujeres (empezando por las votantas en época de elecciones), pero lo más probable es que se equivoquen y sólo consigan una carcajada de proporciones bíblicas. No hay que olvidar que las mujeras pueden ser muy pacientas, pero cuando se hartan pueden ser bien cruelas e hirientas. Si queremos quedar bien con las mujeres ¿no será mejor preguntarles qué es lo que quieren?

Experto en Análisis de Sistemas, desde 1984 ha ayudado a organizar la información de muchas empresas en Venezuela y España, como Grupo ACO, Informática El Corte Inglés, ONCE y Carrefour. Ha sido también traductor de innumerables documentales y telenovelas en inglés, español y portugués (que seguramente has visto en televisión en los últimos 25 años) e instructor de inglés y español en colegios, embajadas y empresas transnacionales. Además es Trusted Teacher del Foreign and Commonwealth Office del Reino Unido.
Ahora se encarga de llevar el mundo virtual al aula y de influir en los niñitos para que se aficionen al jazz y a cantar rock progresivo en buen inglés y de enseñar a los jóvenes cómo aprovechar las ventajas del bilingüismo en sus vidas profesionales.