El Idioma de la Paz (III y último)

El arma más poderosa (que a veces no usamos)
Seguramente lamentas el ambiente violento en que vivimos y piensas que ya que tú no usas armas no tienes nada que ver con el problema, pero olvidas que la palabra es un arma poderosa pues está con nosotros siempre, no requiere permiso de porte y no siempre la usamos con buen criterio. Veamos algunas formas de mejorar.

Lo cortés no quita lo valiente
Aunque los buenos días, las gracias y el por favor son cada vez más raros los exigimos a nuestros niños con poco éxito pues hemos dejado de ser corteses con ellos y con los demás. La cortesía favorece la concordia y no está reñida con la firmeza; de hecho, es muy contundente cuando estamos reclamando algún derecho y cuando estamos muy molestos, pues es el triunfo de la razón sobre el grito y el insulto y demuestra que la lucha puede ser civilizada.

¡No hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti!
Trata a todo el mundo con respeto y recuerda que absolutamente todos tenemos derecho al título de señor, señora o señorita. Reserva “pana”, “hermano”, “mi amor” y “chamo” para tu círculo muy íntimo y usa los diminutivos con prudencia (espera siempre la autorización de tu interlocutor: “Me llamo Francisco pero llámame Paco”)

¡Nunca utilices apodos!
Ni siquiera con quienes ya no tienen más remedio que tolerarlos. Su origen es siempre ofensivo pues se refiere a alguna característica física o a una conducta pasada que la persona ya no puede cambiar y que preferiría no recordar. Poner apodos y utilizarlos es un abuso; no seas cómplice de esta clase de violencia y enseña este principio a tus hijos cada vez que se presente la oportunidad.

Las groserías son palabras peligrosas
El grosero y sus groserías son un combo violento que hiere y daña con un arsenal inagotable e imposible de confiscar y que suele dar pie a la violencia física. Tristemente los venezolanos somos famosos en el mundo hispano por malhablados y eso lo consideramos gracioso pues no nos hemos dado cuenta de que esta basura verbal es parte del clima de violencia en el que crecen nuestros niños. Las groserías son balas y los labios que las pronuncian el cañón de la pistola así que ¡mejor guárdalos! Este mismo principio se aplica a la ironía y al sarcasmo.

Responsabilízate de tus actos
Suelo decir a mis alumnos que el inglés es el idioma de la responsabilidad pues las oraciones que no contienen un sujeto responsable son tan atípicas que al angloparlante le suenan pomposas; es poco común en el inglés el uso de “se dice por allí,” o “me contaron…” En Venezuela abusamos de este recurso, lo que distorsiona el mensaje y causa que desconfiemos de él. En cambio cuando asumimos nuestros actos con coraje y elegimos decir yo pienso, yo digo, yo vi, evitamos diseminar información que no nos consta y contribuir con el chisme, que es una de las peores formas de abuso verbal.

El poder de la caricia verbal
Los piropos agradables y el elogio son caricias verbales que, cuando son sinceras y ciertas, estimulan, orientan, educan y hacen la vida grata; úsalos sin miedo y con generosidad especialmente con tus seres amados. Mirar a la cara a quien te habla, mantener un tono de voz calmado y respetar los turnos de conversación son también claves en el idioma de la paz del que todos somos responsables. En el mundo en que vivimos es lo primero que necesitamos cambiar, como lo cantó Michael Jackson en “The Man in the Mirror”: “Si tú quieres lograr un mundo mejor, mírate bien al espejo y haz tú los cambios” (traducción libre)

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¡No te pierdas los otros capítulos de esta serie! Pulsa los enlaces:

El Idioma de la Paz (I)
El Idioma de la Paz (II)

Author: Rineixa Romero

Rineixa es maestra desde 1985, y ha hecho carrera en Educación Especial, Educación Primaria e idiomas (inglés, francés y español). Ha trabajado para la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE), Vértice/Fundación Polar, UNESCO, Development Alternatives Inc. y otras instituciones en el diseño de programas escolares en Latinoamérica, África y el Medio Oriente (no es por casualidad, pues tiene un Bachelor of Science en Educación por la Universidad de Boston) Todo ese bagaje ha sido fundamental para el avance lingüístico de sus alumnos, pero además de eso, los niñitos la adoran por su amor a la poesía y las buenas lecturas.

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