¡Se terminó Kodak!

Es un dí­a triste: Kodak ha cerrado sus puertas. La compañía que nos permitió saber cómo eran papá y mamá cuando eran niños o cómo eran nuestros abuelos y bisabuelos en algún momento de sus vidas se ha ido. Kodak se dedicó a registrar -por primera vez en la historia y en beneficio del hombre de a pie- recuerdos, familias, amistades, viajes domingueros y romances adolescentes que en más de una ocasión se convirtieron en matrimonios que a su vez se tornaron familias y así. No todo el mundo podí­a tener una cámara, pues las cintas tenían que ser compradas, preservadas y reveladas. Solamente quienes nos eran más cercanos tení­an un puesto en nuestras fotos porque la cantidad de cuadros era limitada y las fotos malas no podían ser borradas y tomadas de nuevo. Por eso, la mayorí­a de aquellas caras pertenecen a personas que amamos, que nos importaron o que nos dieron una verdadera y duradera diversión. En dos platos: familia y amigos. Sólo nos preocupábamos por mostrar amplias sonrisas y por esconder nuestros granos, frenos dentales o colas de caballo deshechas, en lugar de pixeles o megabytes. Hoy, a medida que envejecemos, lo que nos importa es pasar esos recuerdos a nuestros descendientes para que los lazos se mantengan.

Kodak terminó vencida porque no pudo con este mundo digital tan cambiante y banal. Hoy en dí­a, la gente no se preocupa por la familia porque los matrimonios se separan tan pronto como se han formado. Los jóvenes toman a discreción fotos de cualquier fulano que conocieron la noche anterior, y se jactan de tener cientos de amigos al otro lado de una cable de computadora; son amistades tan superficiales como un corcho y tan fugaces como la duración del smartphone más reciente en el mercado. Detesto el bombo y el revuelo que se forman alrededor de estos genios en Palo Alto que pretenden cambiar al mundo con sus aparatitos. Para mí, estos tipos apenas representan una manera cómoda de intercambiar y almacenar datos. Fue George Eastman quien me permitió mantener cerca de mí a todos aquellos personajes maravillosos que llevan mi sangre y a los momentos más memorables de mi vida. Él es mi verdadero héroe del siglo 20.

Author: Raúl Sánchez T.

Experto en Análisis de Sistemas, desde 1984 ha ayudado a organizar la información de muchas empresas en Venezuela y España, como Grupo ACO, Informática El Corte Inglés, ONCE y Carrefour. Ha sido también traductor de innumerables documentales y telenovelas en inglés, español y portugués (que seguramente has visto en televisión en los últimos 25 años) e instructor de inglés y español en colegios, embajadas y empresas transnacionales. Además es Trusted Teacher del Foreign and Commonwealth Office del Reino Unido. Ahora se encarga de llevar el mundo virtual al aula y de influir en los niñitos para que se aficionen al jazz y a cantar rock progresivo en buen inglés y de enseñar a los jóvenes cómo aprovechar las ventajas del bilingüismo en sus vidas profesionales.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *