XKÉ NUNK ME CONKTO

(Dedicado a mis amigas del San José de Tarbes, El Paraíso)

Divirtiéndome por quinta vez con “El amor en los tiempos del cólera” me pregunto si el amor epistolar de Florentino Ariza y Fermina Daza -avivado por el suspenso de la espera y animado por la intensidad de la palabra- sería posible en nuestros días a punta de mensajitos de texto. T qero + ke ayr y mnos ke mañna es una de las frases de la cursilería universal más utilizada por los enamorados de escuela primaria (y algunos ya muuuy pasados de edad), pero que se ve tan fea abreviada así, en una pantalla de teléfono, que ni siquiera los corazoncitos y las caritas felices que suelen acompañarla pueden atenuar su ramplonería. Tampoco merece siquiera el honor de ser grabada en un tabique de baño público porque parece una grosería en ruso que nadie entiende ni puede celebrar. Y es que la ortografía es esencial porque le da gracia y belleza a la palabra escrita, además de servir para lo que sirve: no es lo mismo “papa” que “papá” (lee El Moderno Papá Caribeño) Pero así es la correspondencia de hoy en día: instantánea (cuando Internet no está lenta), al mayor y en talla única. Nos sirve para mantenernos en contacto, noción que no nos salva de estar más solos que la una detrás de un teléfono o de la computadora, en pijamas y sin lavarnos los dientes. 

Es primordial atender los 400 contactos en el teléfono, los 3.500 amigos del Facebook, los 50.000 seguidores del Twitter y los innumerables mensajes PIN donde se nos informa que “Wilkins cambió de estado”. ¿Es que Wilkins se mudó de Aragua a Carabobo? No; sólo cambió su foto con la pierna enyesada que decía “yo sí monto moto” por otra que dice “Magallanes Campeón”. Claro, se puede mantener el contacto en el carro, en el baño, en el banco y se ha sabido de gente que teclea en la silla del dentista con la boca abierta mientras recibe un tratamiento de conductos -cuando no es el mismísimo dentista el que lo está haciendo. ¿Y la ortografía? ¿Para qué, si eso quita tiempo y ocupa caracteres? ¿Y el verdadero contacto, el de la sonrisa, la tibieza del abrazo y la picardía de la mirada? ¿Y el consuelo de la compañía? Así quedamos todos nosotros: sepultados bajo toneladas de fotos posadas cerca de la torre Eiffel (nunca dentro de ella, que cuesta como 30 euros), pensamientos esperanzadores de Paulo Coelho, virgencitas viajeras y mensajitos de “¿A ver Qndo ns vmos? Nunk t cnktas n Skype!!”

La correspondencia de hoy es al amor y a la amistad lo que es la sopita Maggi al hambre: la calma pero no la satisface. Hay que tomar muchos litros para espantarla y jamás podrá compararse al gusto de una sopa de verdad.

Author: Rineixa Romero

Rineixa es maestra desde 1985, y ha hecho carrera en Educación Especial, Educación Primaria e idiomas (inglés, francés y español). Ha trabajado para la Fundación de Edificaciones y Dotaciones Educativas (FEDE), Vértice/Fundación Polar, UNESCO, Development Alternatives Inc. y otras instituciones en el diseño de programas escolares en Latinoamérica, África y el Medio Oriente (no es por casualidad, pues tiene un Bachelor of Science en Educación por la Universidad de Boston) Todo ese bagaje ha sido fundamental para el avance lingüístico de sus alumnos, pero además de eso, los niñitos la adoran por su amor a la poesía y las buenas lecturas.

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